28 dic 2012

El Jardin Japones


Cada día más se ve como los seres humanos buscan espacios de recreación, de meditación y lugares donde el tiempo se detenga y se pueda luchar contra el estrés y la rutina cotidianos que generan mucho cansancio físico y mental así como saturación y pérdida de valores e interés por las cosas simples. En medio de la ciudad de Buenos Aires es posible encontrar un atractivo que nos relaje y deleite con su belleza. 

El Jardín Japonés de la ciudad de Buenos Aires representa un lugar ideal donde se puede lograr todo ello. Un espacio único en Argentina construido en 1967 cuando el emperador de Japón Akihito visitó la Argentina. Se trata de un complejo natural, ambiental y cultural ubicado en la zona de los bosques de Palermo, más precisamente tiene su ingreso en la intersección de las avenidas Figueroa Alcorta y Casares.

Este complejo evoca a la belleza de la naturaleza. En el predio hay varios lagos llenos de peces Carpa de variados colores a quienes los visitantes pueden alimentar. Además, tiene puentes cada uno con un significado como Puente de Dios que representa el camino de todos los mortales al paraíso y el Puente Truncado que conduce al lugar de los milagros.



Administrado por la fundación cultural argentino japonesa, se cobra entrada a todos los visitantes y los fondos son devueltos al complejo en forma de obras de inversión y mantenimiento. En su inmenso jardín se pueden apreciar viejísimos árboles autóctonos argentinos como la Tipa y el Palo Borracho así como una amplia variedad de plantas japonesas como las Azaleas.

Adornado también con figuras que evocan personajes de origen japonés y más específicamente samurái, este lugar es el sitio de encuentro para todas las festividades típicas del país oriental. El amplísimo lugar, también cuenta con un espacio cerrado que contiene un centro de actividades culturales, un restaurante, una casa de té, un vivero donde comprar bonsáis y un comercio para adquirir artículos varios como regalos, libros, etc.

El centro de actividades culturales y educativas brinda habitualmente talleres de digitopuntura, reflexología, nutrición, fitoterapia entre muchos otros. Se brindan charlas sobre alimentación tradicional japonesa, las bondades del té y se dictan cursos de bordado japonés y paisajismo acuático entre otras. Además de ofrecer exhibiciones de Sumo, de “té en bandeja” y de orquídeas.

Como datos útiles se puede mencionar que el parque está abierto todos los días de 10 a 18 hs y que hay muchas posibilidades de ómnibus para llegar: 15, 37, 59, 60, 67, 93, 95, 102, 108, 118, 128, 130, 141, 160 y 188. También se puede arribar en subte de la línea D partiendo de la Estación Scalabrini Ortiz y luego caminando ocho cuadras.

El Jardín Japonés atrae por su belleza natural, los colores de su jardín pero también porque busca una armonía de cuerpo y alma. Es por eso que muchos porteños pasan tardes en este lugar meditando, reflexionando y, en definitiva, tratando de lograr el equilibrio entre cuerpo, cabeza y alma que promueve la cultura oriental.

Realmente vale la pena experimentar una tarde entre amigos, en pareja o simplemente en soledad en este fantástico lugar para admirar la grandeza de nuestra madre tierra, para valorar todo lo que se nos brinda a diario con tal sabiduría que solo escapando de las cosas banales de la vida cotidiana se puede apreciar. 

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